EXPLOTAR. La sensación de que todo está a punto de explotar es una constante del #libro Brillo de #RavenLeilani 🤯
Esta millennial de 32 años tiene una prosa rápida, furiosa, llena de perspicaces comparaciones y adjetivos inesperados que me sacaron más de unos wajajaj y ooh no!!
Una calentona e insegura chica afroamericana de 23 años (“intento disimular mi alegría porque no haya detectado mi desesperación ni lo mucho que me odio”), se aventura con un calentón e inseguro chico blanco de 46 años (“le digo que entonces me suplique para que lo perdone, cosa que hace muy aceptablemente mientras yo se la chupo”) 🍆💦
Mientras la esposa forense se fuma otro y abre cráneos de veteranos de guerra (“me canso de mí misma por tener la obsesión de compararme con ella. Me irrita que no lleve ropa interior más bonita”).
Mientras la hija negra pre púber Akila, por tercera vez adoptada, trata de sobrevivir a esta tropa de adultos en crisis (“los niños, como los perros, captan los indicios de una tormenta inminente”).
Leo voraz las explícitas descripciones que Raven hace de sus protagonistas. Escribe rápido, como si el libro fuese a acabar antes de tiempo. Sensación que a mitad del libro me hace preguntarle a la Raven: “¿Hacia dónde va todo este embrollo? ¿Explotará alguna vez en mi cara? Porque necesito que me salte todo en la cara”
Sigo leyendo, esperando la explosión caliente de páginas furiosas.
“Me gustaría decir que yo no soy de esas. Que no soy una chica portátil que hace malabarismos por un hombre inaccesible y probablemente desinteresado pero, ¿y si resulta que sí lo soy? Oigo a mi compañera de piso y a su novio feminista mantener relaciones sexuales del todo encantadoras y comunicativas. Empatía perniciosa, insinceridad manipulativa, ataque odioso. No sabía que iban a terapia. A veces van todos. Es lo peor”.
¿Cuándo vas a explotar, Raven?
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